La Artritis Idiopática Juvenil es...
La Artritis Idiopática Juvenil (AIJ) es la enfermedad reumática inflamatoria más frecuente antes de los 16 años de edad. Se caracteriza por dolor e inflamación articular (Artritis) que afecta articulaciones de las manos, pies, rodillas tobillos, articulación de la mandíbula, columna, etc. Se llama juvenil porque incluye jóvenes hasta 16 años, pero afecta a niños de menor edad y de hecho la mayoría de casos comienza antes de los 6 años.
El nombre “Idiopática” significa que no se sabe la causa. En realidad la mayoría de las enfermedades reumáticas son idiopáticas, no sabemos las causas precisas, aunque sabemos que la mayoría de ellas son de tipo autoinmune y conocemos algunos factores que influyen.
La Artritis Idiopática juvenil afecta a...
La gente cree que las enfermedades reumáticas son enfermedades de gente mayor, pero ya hemos visto en los temas anteriores que no es así. Salvo la artrosis, que aumenta con la edad, el resto de enfermedades reumáticas que hemos repasado hasta aquí en el blog son enfermedades inflamatorias que afectan a adultos jóvenes o de mediana edad.
Los niños y adolescentes también pueden tener enfermedades reumáticas inflamatorias parecidas a las de los adultos. Casi todas las Artritis que aparecen en niños hasta los 16 años se engloban en la Artritis Idiopática juvenil. La prevalencia (casos de AIJ existentes) es de 1 por cada mil niños. Hay varias formas de AIJ, que empiezan a distintas edades y son mas frecuentes en uno u otro sexo. En general es más frecuente en las niñas, solo una de las formas es más frecuente en niños.
Además de la AIJ hay otras enfermedades reumáticas que pueden afectar a niños y adolescentes. Son las conectivopatias, como el Lupus Eritematoso Sistémico o la Esclerodermia, y algunas vasculitis. Hablaremos de ellas en los temas correspondientes.
La Artritis Idiopatica Juvenil se produce por...
La causa exacta es desconocida pero se sabe que hay mecanismos inmunes. Es decir, la inmunidad, esa que debe defendernos de infecciones y tumores, actúa de forma inadecuada, como si respondiera frente a una infección inexistente, o como si no reconociera el tejido propio, y lo ataca. Este “ataque” se produce sobre todo en las células y tejidos sinoviales, que son las membranas que rodean las articulaciones y los tendones. Cuando esto ocurre, estas membranas se engruesan y liberan liquido que queda atrapado en el interior de la articulación, el liquido sinovial. La articulación resulta hinchada, caliente y dolorosa. Además de liquido sinovial se liberan sustancias que deterioran los tejidos articulares.
Las causas de este fallo del sistema inmune no se conocen, pero se cree que puede haber factores genéticos o ambientales. Hay dos tipos de respuesta inmune, la que llamamos inmunidad innata, que es la que tenemos al nacer, y la inmunidad adquirida que es la que vamos desarrollando a lo largo de la vida, cada vez que tenemos contacto con un virus o una bacteria y fabricamos anticuerpos para eliminarlo. Son dos respuestas que funcionan siempre, también la innata sigue activa durante toda la vida. Se sabe que en la AIJ fallan las dos repuestas inmunes. En algunas formas, en la sistémica y en la forma de artritis con entesitis, hay una activación incontrolada de la respuesta inmune innata. En las formas oligoarticular y poliarticular falla la respuesta adquirida, la que fabrica anticuerpos, y en la forma Psoriásica fallan las dos respuestas inmunes. Este conocimiento ha supuesto un gran avance para decidir que tratamiento va a funcionar mejor según la forma clínica, ya que cada tratamiento inmunosupresor actúa sobre un aspecto de la inmunidad.
La enfermedad no es infecciosa y por tanto no se contagia. Tampoco es debida a un alimento o a falta de alguna vitamina. No se debe al clima ni a ningún tóxico o radiación.
La Artritis Idiopatica Juvenil tiene diversas formas de presentarse...
La AIJ puede tener distintas formas de comienzo y habitualmente sigue en la misma forma con el tiempo. Pero en otras ocasiones, no es lo más frecuente, puede empezar con una forma y luego cambia a otra. En los primeros meses de iniciarse la enfermedad, el médico intenta saber qué forma de AIJ es porque la evolución y el pronóstico son diferentes.
1- Hay una forma con muchos síntomas generales. Es la Enfermedad Sistémica o enfermedad de Still. Se caracteriza por presentar síntomas generales con cansancio, fiebre alta en picos de hasta 40º que aparece por las tardes y noches, exantema cutáneo rosa asalmonado, que aparece con la fiebre y desaparece cuando no hay fiebre, dolor en articulaciones (artralgias) y dolor con inflamación articular (artritis). El numero de articulaciones dolorosas o inflamadas es variable, desde una sola articulación a muchas a la vez. Se afectan sobre todo muñecas, rodillas, tobillos y articulación temporomandibular (es la que mueve la mandíbula inferior). Hay agrandamiento de ganglios del cuello, axilas e ingles y a veces del hígado y bazo. Puede haber inflamación de las membranas que rodean el corazón (Pericarditis) o los pulmones (Pleuritis). En los análisis se detecta anemia, aumento de leucocitos, como si hubiera una infección, inflamación hepática, y elevación de los reactantes de fase aguda (marcadores de inflamación) VSG y PCR. El Factor Reumatoide (anticuerpo que aparece en la Artritis Reumatoide) y los ANA (anticuerpos antinucleares, anticuerpos que aparecen en otras enfermedades sistémicas como el Lupus Eritematoso) son negativos. En esta forma de AIJ, aparte de los dolores articulares el niño suele estar muy enfermo con quebranto general y suele requerir ingreso hospitalario. Afecta a niños y niñas muy pequeños, de menos de 5 años. Esta forma representa aproximadamente el 10% de casos de AIJ
2- Otra forma es la oligoarticular, que afecta a 4 o menos articulaciones. Aquí no hay síntomas sistémicos, como la fiebre y las lesiones cutáneas. El niño no tiene esta sensación de gravedad de la forma sistémica. La artritis afecta a pocas articulaciones, lo más frecuente es solo una (la rodilla habitualmente) pero puede añadirse dos o tres articulaciones mas (la otra rodilla, un codo, tobillo o un dedo de las manos). El Factor Reumatoide es negativo pero los ANA (anticuerpos antinucleares) suelen ser positivos. Empieza antes de los 6 años, entre los 2 y 3 años de promedio, y es más frecuente en niñas. Pueden tener una inflamación ocular, iridociclitis crónica, sobre todo en las niñas con ANA+ (en aproximadamente el 30% de estas niñas). Esta iridociclitis es una inflamación del iris y de una capa del ojo, la úvea. No produce dolor ni rojez ocular, por lo que puede pasar desapercibida, y sin embargo puede deteriorar la vista de forma permanente. Es por esto que es obligatorio hacer controles oftalmológicos en las niñas con AIJ con ANA+, para detectarlo precozmente y poner tratamiento lo antes posible y así evitar la pérdida de agudeza visual. La forma oligoarticular es la forma más frecuente de AIJ, aproximadamente el 50% de los casos.
3- La forma poliarticular se manifiesta por artritis en 5 o más articulaciones. Es semejante a la Artritis Reumatoide de los adultos y tienen Factor Reumatoide positivo (anticuerpo que aparece en algunas enfermedades reumáticas, sobre todo en la Artritis Reumatoide de los adultos). Afecta sobre todo a niñas y empieza entre los 11 y 13 años. Igual que en la Artritis Reumatoide de los adultos, el dolor aumenta en reposo y se acompaña de rigidez matutina. Afecta principalmente a pequeñas articulaciones de manos y muñecas. Es una artritis agresiva y erosiva (produce erosiones en los huesos si no se trata). Puede tener manifestaciones extraarticulares, sobre todo nódulos subcutáneos (bultitos redondos que aparecen debajo de la piel generalmente alrededor de los codos o en las articulaciones de los dedos de las manos). También hay una forma poliarticular con factor reumatoide negativo. Esta forma es algo menos agresiva que la que tiene Factor Reumatoide positivo. Es más frecuente en niñas de cualquier edad. En ambos casos, con y sin factor reumatoide, se afectan muchas articulaciones, manos y pies, muñecas, rodillas, codos, caderas, tobillos, columna cervical, articulación de la mandíbula etc. Un 10% de los niños con AIJ poliarticular pueden tener uveítis (inflamación de una capa del ojo, la úvea) que requiere visita al oftalmólogo y tratamiento lo antes posible.
En la forma poliarticular es muy importante prevenir las malas posturas en flexión de las articulaciones inflamadas, sobre todo de rodillas, tobillos, codos o muñecas, que pueden quedarse rígidas en flexión. El dolor hace que el niño doble la articulación inflamada como postura antiálgica, y luego no puede estirarla, se producen contracturas por acortamiento de los tendones de detrás de las rodillas o de los tobillos, o incluso de las muñecas. Hay que prevenirlo corrigiendo posturas, estirar extremidades, e incluso usando férulas para dormir. Es importante iniciar tratamiento lo antes posible para prevenir el deterioro de las articulaciones y las consecuentes deformidades. La forma poliarticular representa el 25% de las AIJ
4- Artritis Psoriasica juvenil. Es una forma de AIJ en que la Artritis aparece a partir de los 8 años de edad en niños con psoriasis. Afecta por igual niños y niñas. El psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel y uñas que se caracteriza por eccema descamativo en codos, rodillas, cuero cabelludo y en general en todo el cuerpo. En las uñas pueden aparecer unos hoyitos como los de un dedal. Es habitual que haya psoriasis en algún otro miembro familiar. La artritis suele afectar a dedos de manos y pies pero se puede extender a rodillas, caderas, columna, articulaciones sacroiliacas (las que unen el sacro con la pelvis) etc. La enfermedad es muy parecida a la Artritis Psoriásica de los adultos. Pueden tener dactilitis o dedo salchicha, que es una inflamación de todo un dedo. Esta forma de AIJ también puede provocar uveítis (inflamación de la úvea, una capa del ojo) que requiere tratamiento oftalmológico urgente.
5- Hay una forma de AIJ de artritis con entesitis (inflamación de las uniones de tendones o ligamentos a los huesos). La entesitis es característica de un grupo de enfermedades de los adultos, las espondiloartritis. Esta es la forma de espondiloartritis juvenil. Esta forma aparece más frecuente en niños y empieza entre los 10-12 años. Se asocia a presentar el gen HLA B27 y a tener dactilitis o dedo salchicha (hinchazón de todo un dedo) y afectación de la columna y articulaciones sacroiliacas (las que unen el sacro con el hueso iliaco de la pelvis). Las principales entesis inflamadas ocurren en los pies (en los tendones aquileos, o en las fascias plantares) que están inflamadas y dolorosas. La artritis aparece en articulaciones de las piernas (rodillas, tobillos, caderas..), donde produce dolor, inflamación y cojera. La inflamación de las articulaciones sacroiliacas y de la columna produce dolor en las nalgas y en la espalda sobre todo en la zona lumbar. Pueden tener uveítis aguda, inflamación de la uvea, una capa del ojo. La uveítis se manifiesta con dolor y rojez ocular y requiere tratamiento lo antes posible porque puede dejar pérdida de agudeza visual. A diferencia de la iridociclitis crónica, de la forma oligoarticular, que puede pasar desapercibida porque no da síntomas, la uveitis aguda es muy sintomática. Cuando se detecta, hay que acudir urgentemente al médico para iniciar el tratamiento. Es una urgencia médica.
6- AIJ indeterminada. En ocasiones la artritis del niño no encaja en ninguna de las formas descritas. Entonces se le llama AIJ indeterminada.
Normalmente en los primeros 6 meses desde el inicio de la artritis del niño, se intenta ver qué forma de AIJ tiene porque esto nos permite prever cómo va a evolucionar y saber que problemas se pueden presentar. Por ejemplo una niña con una forma oligoarticular ANA+ requiere controles oftalmológicos antes de que tenga afectación ocular. Además según la forma clínica, la evolución y el pronóstico son distintos.
Los síntomas de la Artritis Idiopatica Juvenil son...
Normalmente los niños son muy pequeños y no cuentan que tienen dolor, son los padres que detectan que el niño no quiere andar, llora cuando lo ponen de pie o al cogerlo por los brazos. A veces los padres ya se dan cuenta que el niño tiene una rodilla más grande que la otra porque está inflamada, pero otras veces el comienzo en más sutil y solo notan que el niño está irritable y llora. Con los niños más mayores, en la forma de artritis con entesitis, ya es el niño que explica que se levanta “oxidado” (la rigidez matutina) y que tiene dolores.
Los síntomas dolorosos en articulaciones y músculos, y el cansancio es lo que domina la clínica. Los niños adoptan posturas antiálgicas de flexión de rodillas, de tobillos o muñecas y habrá que estar al tanto para impedir que le queden estas articulaciones rígidas fleionadas y pierdan rango de movimiento. La afectación de la articulación de la mandíbula puede producir dolor al masticar y problemas de oclusión dental. El niño requiere revisión por el dentista al menos una vez al año. Además las niñas con ANA+ tendrán que tener controles regulares por el oftalmólogo para detectar si tienen una iridociclitis crónica y ponerle tratamiento. Aproximadamente un 30% de estas niñas lo desarrollan.
En la forma sistémica normalmente la fiebre y la afectación general, al principio hará pensar a los padres que el niño tiene una virasis, pero la persistencia de la fiebre elevada y el resto de síntomas generales, los dolores, el rash cutáneo que aparece con la fiebre, y el estado de postración del niño, hará que el niño acabe ingresado en una planta de pediatría. En cuanto se realiza el diagnostico de forma sistémica de una Artritis Idiopática Juvenil y se inicia el tratamiento en seguida cede la fiebre y mejoran los síntomas.
La evolución natural de la AIJ es a brotes. Hay casos con
remisiones prolongadas sin tratamiento, que sugieren una curación pero siempre
existe el riesgo de un nuevo brote. Pero cuando el niño empieza el tratamiento
normalmente se consigue remisión clínica total o parcial. La remisión no
significa curación. Remisión significa que no hay inflamación en ninguna
articulación. Sin embargo en alrededor del 50% de los casos de AIJ sistemica y de forma oligoarticular, la enfermedad puede remitir en unos años.
Si no se trata, y persiste la inflamación articular por mucho tiempo, se producen lesiones en los huesos, alteraciones de los tendones y ligamentos y retraso del crecimiento. Todo esto provoca deformidades irreversibles. La finalidad del tratamiento es impedir que esto ocurra. Aparte de las posibles secuelas articulares, la inflamación articular en niños, interfiere con el crecimiento y desarrollo del aparato locomotor. El retraso de crecimiento es una de las secuelas importante de la AIJ. Una articulación inflamada puede hacer crecer más la extremidad, al inicio, pero después se pueden cerrar precozmente las líneas de crecimiento de los huesos y entonces la extremidad deja de crecer. Esto puede hacer que una pierna sea más larga que la otra. El defecto de crecimiento del hueso de la mandíbula produce lo que se llama micrognatia (la mandíbula inferior es más pequeña que la superior). El tratamiento precoz puede prevenir todas estas secuelas.
El diagnostico de la Artritis Idiopatica Juvenil es...
No hay una prueba o análisis único que permita diagnosticar la enfermedad. El diagnostico es clínico y ya se ha visto que es una enfermedad muy heterogénea. Se requiere que la artritis esté presente desde como mínimo 6 semanas para hacer el diagnostico con certeza. Los síntomas y la exploración física que detecta la artritis (articulación aumentada de tamaño, caliente y dolorosa) permiten sospechar el diagnóstico. Se pueden detectar lesiones cutáneas de psoriasis, que sugerirá el diagnostico de Artitis psoriasica juvenil. Los análisis detectan elevación de los marcadores de inflamación (reactantes inflamatorios), la VSG (velocidad de sedimentación globular) y la PCR (proteína C reactiva). Normalmente cuando hay mucha inflamación, estos marcadores están muy elevados y cuando la inflamación cede, se normalizan. También suele haber distintos grados de anemia. La anemia es por la inflamación y cede cuando ésta regresa. En los análisis se busca si hay Factor Reumatoide o Anticuerpos antinucleares. Ambos son anticuerpos que se asocian a distintas enfermedades reumáticas y ya hemos visto que aparecen en algunas formas de AIJ. También se determina si el niño tiene el gen HLA B27 sobre todo si los síntomas y la edad sugieren la forma de artritis con entesitis. Las radiografias y la ecografía (técnica que no irradia) permite ver el estado de las articulaciones. La ecografía, además, nos informa de si hay inflamación y del grado de inflamación que hay.
Para la forma sistémica hay unos criterios clínicos. Habrá que hacerle análisis, radiografias y pruebas para descartar otras enfermedades, sobre todo infecciosas y tumorales, u otras enfermedades reumáticas en la infancia (Lupus, Vasculitis ..).
El tratamiento de la Artritis Idiopatica Juvenil consta de...
El objetivo del tratamiento
es conseguir el bienestar del niño, que no tenga dolores y pueda hacer una
vida normal para su edad y conseguir la remisión clínica, que desaparezca
toda la actividad inflamatoria para prevenir secuelas como las deformidades o el retraso de crecimiento.
1- Educación sobre la enfermedad a niños y padres. Es muy importante que los padres tengan toda la información sobre la enfermedad de su hijo. Normalmente la enfermedad empieza a edad muy temprana y van a ser ellos quienes tomen decisiones importantes sobre el tratamiento de su hijo. Desde el control de las posturas, para evitar contracturas en flexión de las extremidades, a aceptar la propuesta farmacológica que les haga el Reumatólogo o el Pediatra. Es difícil y duro entender que su hijo tiene una enfermedad crónica, que a veces puede limitarse al cabo de unos meses o en la adolescencia, pero otras veces va a perdurar durante la edad adulta. Pero el pronóstico de la enfermedad dependerá de que se actúe lo antes posible y con todo el arsenal necesario para controlar la enfermedad. No podemos pensar en tratarle poco, o no hacerlo, porque solo tiene una articulación inflamada, porque es seguro que esta articulación sufrirá secuelas serias como acortamiento de una pierna (si es la rodilla) o deformidad de una mano, o puede acabar precisando cirugía. El tratamiento se adapta a la agresividad de la enfermedad, pero hay que conseguir la remisión clínica.
2 - Se requiere una relación estrecha entre niño y sus padres con el equipo multidisciplinar que le va a tratar: pediatra, reumatólogo, rehabilitador, psicólogo, oftalmólogo, dentista y en ocasiones cirujano ortopeda. El niño requerirá apoyo escolar de sus maestros, que tendrán que conocer su situación, para su integración con los otros niños en las actividades y juegos que pueden estar dificultados por su enfermedad. El niño con una enfermedad crónica puede sufrir depresión o inseguridad en su relación con el entorno y necesitar ayuda del psicólogo. Los padres también requieren apoyo y sobre todo información, que les resuelva todas sus dudas y preocupaciones. No hay que olvidar que el bienestar del niño tiene que ser físico (controlar la inflamación) y mental. Es importante el cuidado del bienestar mental del niño con una enfermedad crónica que le puede aportar ciertas limitaciones funcionales. Requiere gran apoyo familiar y social (amigos y escuela) para que la enfermedad crónica no le deje secuelas psíquicas, que podrían alterar tanto su futuro desarrollo como las físicas.
3 - Medidas generales
El ejercicio físico moderado es importante para mantener la musculatura y la movilidad articular. A veces se precisa de ejercicios pasivos que pueden hacer los padres, una vez entrenados, sobre las articulaciones inflamadas, para prevenir la disminución del rango de movilidad y la contractura en flexión. En ocasiones se necesitan férulas nocturnas para mantener estiradas las piernas, o el codo o muñeca, cuando el dolor hace que el niño las encoja. El fisioterapeuta puede enseñar a los padres a movilizar las articulaciones varias veces al día. Una vez la inflamación ha mejorado, el rehabilitador indicará qué ejercicios más activos puede realizar. En cuanto a deportes, la mejor opción es la natación, donde las articulaciones se mueven sin cargar el peso del cuerpo, o la bicicleta.
Cuando la enfermedad está activa el niño sufre cansancio y necesita descansar más que otros niños. Sin embargo no es bueno que pase muchas horas en la cama, sobre todo de día. Tiene que dormir 10 horas seguidas de noche y hacer varios descansos de una o dos horas durante el día. Los padres han de vigilar que duerma con brazos y piernas estiradas para evitar las contracturas en flexión de las extremidades. No hay que ponerle almohadas bajo las rodillas, que favorecería la flexión. Si tiene afectada la cadera, es conveniente que duerma boca abajo o al menos permanezca boca abajo varios ratos durante el dia y antes de acostarse, para estirar la cadera. La almohada debe ser baja para evitar que el cuello se flexione.
No se requiere hacer cambios en la alimentación de un niño
con AIJ. La dieta mediterránea con el suficiente aporte de calcio de la leche
es lo más adecuado. En ocasiones se les da suplementos de calcio y vitamina D
sobre todo si tienen que tomar corticoides, para prevenir la osteoporosis. Por
supuesto el niño no debe tener sobrepeso que empeoraría sus articulaciones.
4- Tratamiento farmacológico
1- Analgésicos como el Paracetamol o Aintiinflamatorios no esteroideos (AINES). Los más usados son el ibuprofeno y el naproxeno. Habitualmente se inicia con estos fármacos, pero por si solos no son capaces de conseguir una remisión clínica.
2- Los corticoides (prednisona o dezaflacor) son antiinflamatorios esteroideos. Son más potentes que los AINES. Se usan a dosis bajas para conseguir una respuesta antiinflamatoria más rápida. Sin embargo, tienen muchos efectos secundarios, por lo que se intenta dar la menor dosis y el menor tiempo posible, hasta que el tratamiento de fondo de la enfermedad haga efecto. En la enfermedad sistémica se usan a dosis algo más elevadas, pero tras conseguir el control de los síntomas se disminuyen lo antes posible.
3- Tratamiento de fondo. Son los fármacos modificadores de la enfermedad (FAMES), los auténticos tratamientos que nos van a permitir una remisión clínica y poder suspender los corticoides. Los FAMES son imunosupresores y requieren controles analíticos. Se pueden usar el Metotrexate, la Leflunomida, la Hidroxicloroquina, la Ciclosporina o la Salazopirina. Los más habituales son el Metotrexate y la Salazopirina.
Con estos fármacos se puede conseguir la remisión clínica en muchos casos. Cuando no se consigue la remisión, se asocian fármacos biológicos. Para ver qué efectos secundarios pueden tener los FAMES, tanto los quimicos como los biológicos, y qué controles requieren ver el tratamiento de la Artritis Reumatoide, la Artritis Psoriásica y la Espondiloartritis axial. Con una salvedad, no todos los fármacos biológicos de estas enfermedades de adultos están aprobadas para su uso en la Artritis Idiopática Juvenil. Están aprobados para la AIJ los siguientes fármacos biológicos:
- Anti TNFs: Etanercept, Adalimumab, Golimumab, Infliximab (este último solo a partir de los 6 años)
- Anti IL1 : Anakinra, Canakinumab (Se utilizan en la forma sistémica refractaria)
- Inhibidos células T: Abatacept (solo a partir de los 6 años),
- Anti IL6: Tocilizumab.
- Anti células B: Rituximab (en casos refractarios a los antiTNF)
- Anti IL17: Secukinumab, Ixekizumab (en la forma Psoriásica y a partir de los 6 años)
- Anti IL23: Ustekinumab (en la forma Psoriásica y a partir de los 6 años)
También están aprobados para la AIJ, otros fármacos que no son biológicos sino FAMEs químicos específicos que son Tofacitinib y el Upadacitinib (de 12-18 años).
Todos estos FAMES, al ser inmunosupresores, aumentan el riesgo de infecciones. Hay que estar al día de las vacunaciones y es posible que requiera alguna otra vacuna fuera del calendario vacunal infantil. También requieren controles analíticos para descartar posible toxicidad, sobre todo hepática y hematológica (pueden disminuir algunas células sanguíneas). Normalmente si se detecta alguna toxicidad, al suspender el medicamento revierte totalmente. Cuando se iniciaron estos inmunosupresores biológicos hubo la preocupación de que pudieran aumentar algún tipo de tumores, pero hasta la fecha no se ha demostrado que esto ocurra.
Desde hace 15-20 años que empezaron a usarse estos fármacos en la AIJ el pronóstico de esta enfermedad ha mejorado mucho. Consiguen remisiones clínicas en un alto porcentaje de casos, evitando sus secuelas.
5- Tratamiento quirúrgico
Hace años se hacían muchas sinovectomias (retirar por cirugia la sinovial de la articulación inflamada), o intervenciones sobre los huesos para alinearlos. A veces se requería prótesis, sobre todo de cadera cuando el niño ya tenía más edad, o correcciones de la mandíbula (de la micrognatia). Afortunadamente con los FAMES actuales, químicos y biológicos, actualmente son mucho menos necesarias las correcciones ortopédicas. Las sinovectomias ya no se hacen y el resto de intervenciones son menos frecuentes. Lo importante para no llegar a requerir estos tratamientos es un diagnostico y un tratamiento precoz.
El futuro de la Artritis Idiopatica Juvenil es...
Algunas formas clínicas consiguen remisiones largas, que incluso nos hace pensar que la enfermedad ha curado, aunque siempre puede haber nuevos brotes. La forma sistémica, aunque es más grave al inicio, en la mitad de los casos la enfermedad remite al cabo de unos meses. La otra mitad tiene un curso más agresivo con brotes de artritis y secuelas articulares que interfieren en el desarrollo locomotor del niño. Las formas poliarticulares evolucionan a brotes y hay que hacer tratamientos más agresivos para evitar que se produzcan deformidades articulares. Las formas oligoarticulares también evolucionan a brotes durante unos años y a veces con el tiempo desaparecen, en aproximadamente un 50% de los niños. Hay que prevenir las contracturas en flexión, sobre todo de rodillas y tobillos. La artritis de rodilla es lo más frecuente en la forma oligoarticular. En estos casos, si permanece mucho tiempo una rodilla inflamada, el niño acaba con diferencia de longitud de las piernas. Por eso es importante iniciar tratamiento de fondo precozmente y lo suficientemente agresivo para lograr la remisión clínica. Hay que ajustar los tratamientos a la gravedad de la enfermedad para evitar las secuelas, deformidades irreversibles y retrasos del crecimiento. No hay que olvidar que el bienestar del niño tiene que ser físico (controlar la inflamación para que no tenga dolor) y mental. Es importante el cuidado del bienestar mental del niño con una enfermedad crónica que le puede aportar ciertas limitaciones funcionales. Requiere gran apoyo familiar y social (amigos y escuela) para que la enfermedad crónica no le deje secuelas psíquicas, que podrían alterar tanto su futuro desarrollo como las físicas.
Tambien puedes encontrar información en:
Inforeuma, de la Sociedad Española de Reumatologia
Información para pacientes del Colegio Americano de Reumatología, en español
LIRE, liga europea de Reumatologia
